El JUDO fue creado por el maestro japonés Jigoro Kano en 1882.
Recopiló la esencia técnica y táctica de las antiguas escuelas de combate cuerpo a cuerpo japonés y que eran practicadas por los guerreros medievales en armadura o samurái hasta el inicio del siglo XIX en Japón.
Es uno de los cuatro estilos principales de lucha deportiva más practicados hoy en día en todo el mundo.
Es importante notar que en la práctica competitiva del JUDO es penalizada toda acción encaminada a dañar al oponente, siendo incluso prohibidas aquellas luxaciones que son generadoras de índice de lesiones muy alto, como las aplicadas a las extremidades inferiores, columna y cuello.
La UNESCO declaró el JUDO como el mejor deporte para niños de 4 a 12 años. La práctica del mismo posibilita infinidad de situaciones de aprendizaje, destacando valores tan importantes como el respeto, el compañerismo, la disciplina y la constancia. Favorece esta actividad el impulso de todas las capacidades del niño, apostando por una educación integral, no sólo física sino también humana potenciando, por medio del conocimiento de este deporte, todas sus posibilidades psicomotrices y de relación con los demás. Estas habilidades motrices son, entre otras, la orientación espacial, la lateralidad, la coordinación conjunta e independiente de ambas manos y pies, y acciones como lanzar, tirar, empujar, arrastrarse, saltar, rodar, caer, etc. Hace uso del juego como elemento integrador y dinamizador e introduce la iniciación técnico-deportiva de forma adaptada.
A medida que se progresa en este deporte, se pueden llegar a conseguir importantes metas deportivas basadas en el esfuerzo, el sacrificio y la constancia.