El bienestar emocional, personal, social, así como académico de los niños y jóvenes es uno de los focos de atención más importantes en el colegio Liceo San Pablo. La labor de quienes ejercemos la orientación educativa es más importante que nunca.
En este sentido, la orientación educativa se ha considerado siempre una pieza clave en el engranaje del sistema educativo, pero hoy en día, lo es más que nunca.
En sí mismo, el papel de los orientadores en nuestro centro sirve de guía en el proceso educativo y de crecimiento personal de los alumnos. No solo en un sentido didáctico, sino también pedagógico en su recorrido hasta finalizar sus estudios. El departamento de orientación tiene un rol multidisciplinar para trabajar con el alumnado en toda su globalidad.
Es importante que, desde las aulas, se dé respuesta a las necesidades de cada uno de ellos. En este contexto, entra en juego la personalización de la educación ante la necesidad de adaptar el aprendizaje a las exigencias de cada niño. El objetivo último es el de propiciar y garantizar una educación integral en
conocimientos, habilidades, competencias y valores a cada uno de nuestros estudiantes.
Además, debemos tener en consideración, que el papel del docente y orientador va mucho más allá que únicamente dar solución a los problemas relativos al aprendizaje. Es un proceso de tareas de asesoramiento integral que debe involucrar a toda la comunidad de aprendizaje. El mayor objetivo es dotar a los alumnos de recursos y habilidades para que se enfrenten a situaciones diferentes dentro del colegio y así prepararlos para el mundo.
Desde el departamento de orientación se insiste en la necesidad de prestar atención y mostrar interés hacia otros aspectos sociales, emocionales y personales que puedan estar causando dificultades. Por esta razón, se convierte en imprescindible llevar un seguimiento personalizado continuado dentro y fuera del
aula. Por tanto, nuestro objetivo último, como orientadores y educadores, debe ser acompañar a los alumnos a ser capaces de integrarse en la sociedad de una manera activa, productiva y comprometida, alcanzando un nivel óptimo de madurez personal.
Los orientadores del Liceo asesoramos y contribuimos, principalmente, a detectar las inquietudes y necesidades de los alumnos, así como, comprender su historial académico y personal, y facilitar la integración y la convivencia dotándoles de valores y habilidades que les ayuden a ser capaces de resolver problemas o dificultades de manera empática a pesar de las diferencias.
Otro punto importante es el acompañamiento en la orientación académica profesional, es fundamental que formen parte del proceso de elección de su “camino” los alumnos en colaboración con las familias. Aprender a realizar una adecuada toma de decisión en este campo, desde edades tempranas favorece un
conocimiento personal y profesional para su futuro.